Comenzamos el día dirigiéndonos al casco antiguo, atravesamos el parque Planty, bonito parque circular que está dispuesto siguiendo la ubicación de las antiguas murallas medievales que rodeaban la ciudad. Llegamos a la puerta Florian, entrada histórica a la ciudad vieja o Stare Miasto, una de las siete puertas de la muralla que todavía subsiste con sus dos torres y detrás de ella la Barbacana , bastión circular añadido en el siglo XV para reforzar la defensa de la puerta. Avanzamos por la calle Floriańska, co hermosos edificios renacentistas, para llegar a la plaza del mercado o Rynek Glówny, en el mismo centro de la Stare Miasto. Esta vasta plaza cuadrada es una de las plazas medievales más grandes que hay en Europa. Rodeada hoy en día de casas con fachadas neoclásicas presenta una unidad que le da un impresionante aire decimonónico. En el centro de la plaza destaca el mercado de los Paños o Sukiennice, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV pero un incendio en el siglo XVI hizo que se reconstruyera en estilo renacentista, siéndole añadidas posteriormente, en el XIX, sus dos arcadas “gemelas” actuales, las cuales albergan gran cantidad de tiendas y cafés. Dentro del mercado hay un montón de puestos de souvenirs y demás productos típicos.
En una de las esquinas de la plaza se erige una de las imágenes típicas de Cracovia: la iglesia de Nuestra Señora, que tras varias reconstrucciones es una de las iglesias góticas más bellas del país de la que llama la atención sus dos torres asimétricas, la más baja coronada por una cúpula renacentista mientras que la más alta tiene un curioso chapitel como remate que termina en una corona dorada. Esta torre era utilizada en la antigüedad como torre de vigía y a mediodía suena una melodía de trompeta interrumpida en breve que recuerda la muerte del vigía en el siglo XIII que dio la alerta ante el avance de los tártaros y que se vio interrumpido por una flecha tártara. El interior de esta iglesia es soberbio.
En la zona sur de la plaza se alza la torre del ayuntamiento, esta torre gótica es el último vestigio del ayuntamiento del siglo XIV, destruido en el XIX por las autoridades por considerarlo demasiado “viejo”, ¡manda narices! También en esta zona de la plaza se encuentra la iglesia más antigua de la ciudad, la de San Adalberto, cuya cripta se puede visitar de lunes a sábado de 10.00h a 15.00h.
En el nº 35 de esta plaza, en el palacio se encuentra el museo de historia de Cracovia, abierto de miércoles a domingo de 09.00h a 15.00h.
Salimos de la plaza del mercado por la calle Sienna para encontrar la tranquila rynek Maly, pequeña plaza que durante mucho tiempo fue el mercado de la carne.
Callejeamos por la ciudad vieja, alrededor de la plaza del mercado, sería interminable enumerar todo lo que se puede ver así que voy a intentar resumir lo más destacado, de manera que al norte de la plaza, en la calle Św. Jana está el museo Czartoryski, abierto de martes a domingo de 10.00h a 15.30h (los jueves es gratis), (ocupa un conjunto de edificios constituido por un palacio del XIX, un antiguo convento del XVIII y un arsenal del XVI y presenta una importante colección de pinturas de Europa occidental de los siglos XVI al XIX, destacando la Dama del armiño, de Leonardo da Vinci. A la salida del museo os recomiendo un paseo por la aristocrática calle Szpitalna, hasta llegar a la plaza Św Ducha y al teatro Slowacki. A la derecha de éste se encuentra la iglesia de la Santa Cruz , que por fuera no dice nada pero hay que pasar dentro para descubrir su maravillosa bóveda gótica sostenida por un solo pilar en forma de palmera.
En la zona oeste de la ciudad vieja está la Universidad, formada por varios edificios góticos, fue fundada en el año 1364 por Casimiro el Grande, concentra las escuelas más antiguas de Polonia y a finales de la Edad Media se jactaba de ser el centro intelectual de Europa.
Damos por terminado el recorrido turístico por hoy y nos vamos hacia el apartamento para descansar un poco antes de la cena, para la cual hemos escogido el restaurante Cechowa, en la calle Jagiellońska, 11, con una gran sala cuadrada, al estilo de una gran mansión con mesas aglutinadas como en una cervecería llena de blasones. Muy buena la cerveza y la comida, aquí se sirven también las especialidades polacas, como los pierogis, que son raviolis de gran tamaño rellenos, elegimos los rellenos de queso freso y otros de carne, realmente deliciosos. Para bajar la cena, un paseo de nuevo por la plaza del mercado que sigue muy animada a estas horas, donde tomamos una copa en una de sus muchas terrazas.
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